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Preludio a la boda de mi hija

 

 

MARIA DE LOS ANGELES LAUREIRO. (Argentina)

 

 

 

Dedicado a mi hija Natalia Andrea con amor

 

 

 


Es de noche, los ruidos normales del día se apagan, todo queda en silencio. La hora ha avanzado entrada la madrugada; todos duermen... menos yo.
Me siento tan inquieta que no puedo dormir, mi mente vuela, los pensamientos fluyen de tal manera, que es imposible pararlos.

Como torrente se agolpan en mi mente; así que decido levantarme de la cama, me dirijo al living, enciendo la computadora y el equipo de música.
Una suave melodía llega a mis oídos.
Me detengo a escuchar, mis ojos empiezan a humedecerse, las lágrimas corren por mis mejillas...

La dulce voz penetra en todo mi ser, revelando que mis sentimientos están a flor de piel.
Pienso que eso también me está llegando...

"Eres hija mía una bendición.
Eres un regalo que nos dio el Señor.
Como está escrito.
Tiene que pasar.
A mí y a tu madre hoy nos dejarás.
Tu cuarto vacío estará.
Y tu amada casa la misma no será.
Y seguramente en esta noche,
la nostalgia nos invadirá.
Pero me consolará tu felicidad
Tu sueño hoy se hace realidad.
Aquí frente al altar.
Y por siempre vivirás.
Ilusiones formarás
al lado del hombre que amas.
Formarás tu propio hogar.
Dios te bendecirá.

Al cerrar mis ojos, puedo verte allí.
Me parece que fue ayer que llegaste a mí.
En mis brazos te arrullé y te vi crecer.
Hoy te miro en este altar tan linda y feliz.
Tu cuarto vacío estará.
Y tu amada casa la misma no será
Y seguramente en esta noche
La nostalgia nos invadirá..."(1)


Percibo la historia de un padre que le canta a su hija el día de su boda;
de lo hermosa que se ve con su vestido de novia.
Pero él se siente triste porque quedará la casa vacía sin su presencia; la alcoba de su pequeña vacía sin su risa...
Recuerda lo feliz que era cuando era pequeña, él la arrullaba en sus brazos y hoy es toda una mujer y feliz.

Mis ojos no pueden dejar de lagrimear, pienso que dentro de pocos meses Natalia se casará y nos dejará pues su futuro esposo vive a 300kms de esta ciudad.

Los sentimientos le juegan una mala pasada en uno, se agolpan de tal manera que nubla nuestra mente y razón,
pienso que será el sentimiento del nido vacío del cual todos hablan.
No quiero sentir eso, sé que está enamorada y es muy feliz, que al fin el "príncipe azul" llegó a su vida de una manera muy especial,
pues ha esperado por años por esa persona que sería su futuro esposo,
el que llegaría a su vida y la motivara a formar una familia como Dios quiere para sus hijos.

Siempre me agradó esa forma de pensar de Naty, de esperar con fe, cómo debía ser su futuro esposo...: Una persona que ame a Dios por sobre todas las cosas, y que ame
a ella también (y eso me consta, porque Carlos la ama y la respeta); que se juegue por su máxima causa y por ella, porque para mi pequeña, el ministerio que
Dios le regaló es lo más importante.

Hija, quizás nunca lo sepas: pero siempre admiré en ti, esa fuerza, esa fortaleza y perseverancia. Ese amor que le tienes al Señor, esa fe y confianza.

¡Ay! Cómo quisiera que fueras pequeñita otra vez, para abrazarte, besarte, cuidarte, tenerte en mi regazo;
de saber que siempre estarás con nosotros.
Pero el tiempo es implacable, pasa sin demorar.

Quisiera detener el reloj y volver atrás.
Los recuerdos se agolpan en mi mente de la manera que Dios desde tu concepción, cuidó de ti,
pues yo no quería tener más hijos; porque tenía ya a Marcelo y Cristian, pero... El dispone de nuestras vidas.

No supe que estaba embarazada de Natalia hasta los casi tres meses; era ilógico pensarlo pues tenía normalmente la regla.
Cuidó de su vida y de la mía también, porque hubiera vivido con culpa por siempre, si la hubiera abortado.
Pero el enemigo no quería que viviera.

Esos pensamientos vuelven a mi mente a velocidad, ya que a los siete meses de embarazo caí por las escaleras rodando y el Creador cubrió su vida
porque tiene un propósito con ella...
Eso me hace sonreír en medio de estas lágrimas. Estuvo a salvo.
Cuando nació y la partera dijo: “es una nena", la alegría inundó mi corazón.
Anhelaba una mujercita y ésta era una preciosa regordeta, con su carita rosada, tan frágil y hermosa;
fue tan bello tenerla en mis brazo... Parece que fuera ayer...
Hoy miro el tiempo que ha pasado; ya no es una niña sino una bella mujer.

Vuelvo de nuevo a poner esa canción y pienso, qué será de la casa sin su presencia.

Somos tan amigas; ella me cuenta sus cosas, conversamos tanto...

Extrañaré su risa simpática, alegre; esa forma de comunicarse tan dulce.

De mi parte, sé que tengo carácter muy fuerte; pero ella sacó el de su papá; paciente de buen humor siempre, tranquilo, que reflexiona antes de hablar algo que
no corresponda, o que pueda herir a otro.

En ese momento elevo una oración a Dios rogándole que no permita a mi ser, sufrir ese vacío sin la presencia de ella.

Muchas veces pensé que era selectiva con hombres que la pretendían, por eso pensaba que no tenía novio, pues no le faltaban pretendientes..... a pesar de los años que pasaban,
mientras ella esperaba.

¡Ay Dios mío! Pensaba que quedaría "para vestir santos". Ella los evaluaba, observaba sus vidas; como era su relación con el Creador, el testimonio de vida y no la cara
que ponían de "niños buenos”. Y en verdad, algunos dejaban mucho que desear. Yo pensaba: "pasan los años y ella sin decidirse".

No sabes lo feliz que fui cuando después de varios meses de amistad con Germán, lo habías aceptado como novio y futuro esposo; ya que él quería casarse enseguida.
Un joven con muchas actitudes, lindo, trabajador, muy seductor, pero en Naty había muchas dudas...
Parecía el hombre ideal, la llamaba todos los días por teléfono, pues él vivía en Neuquén a 600kms de aquí; así que el hacerlo, le costaba un dineral.
Además, viajaba dos veces a la semana, para verla, lo que le implicaba hacer 1200 Km. cada tres días.

Pero Naty seguía orando, pidiendo a Dios claridad. El noviazgo no duró: al mes y medio, te enteraste de algo que había hecho, quizás común en los jóvenes mundanos,
pero que a ti te hirió mucho.
Recuerdo que esa vez me disgusté contigo, pues te decía que le dieras otra oportunidad como él te la pedía; pero tú no diste vuelta atrás y agradezco por tu firmeza y convicción.

Hoy sé que amas a Carlos y él te ama y te respeta, sé que no perderé a una hija, sino que ganaré otro hijo.
Hoy tienes 27 años y concretarás este sueño anhelado.

Los pensamientos en mi mente vuelan de manera vertiginosa y las lágrimas siguen saliendo, nublando mis ojos.
Dios te ha bendecido tanto hija, porque le fuiste fiel esperando a tu compañero de vida.

Ahora podrás conocer México, país al que deseabas viajar y tu amiga Selomith te ha regalado ese viaje de bodas. Fíjate, en un momento tan negativo en la economía de
nuestro país, como para pensar en un gasto de esa magnitud y ella te ha sorprendido de esta manera tan especial.

Aún te faltan algunas cosas para tu casamiento, pero la Providencia te lo concederá...

Imagino en mi mente como te verás con tu vestido de novia, ya que te he acompañado a elegir las telas y el lugar donde lo confeccionarán.
Te verás preciosa en él...

Sé que estarás muy hermosa ese día. Te verás muy bella con tu cabellera larga hasta la cintura y mi sueño siempre fue verte entrar del brazo de tu papá en la iglesia
con ese cabello largo, radiante de felicidad (por eso siempre te rogaba que no te lo cortaras).

¡Ay! Dios mío que sola quedará la casa sin tu presencia hija mía.

Si supieras cuánto te amamos tu padre y yo...

Las horas pasan, me vence el sueño, así que dejo de escribir y doy gracias por ese privilegio de prestarme todo este tiempo la vida de ella y de mis otros pequeños,
por lo feliz que somos su papá y yo, por este nuevo amanecer , por este nuevo día , por una nueva esperanza...


(1)"De un padre a su hija" (fragmento), por Minor Ceciliano

Fondo musical "love_theme_for_nata.mid"

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