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Escribir por intuición...

 

 

 

Oscar Roque Ruiz (Argentina)

 

 

 

¡Nuevo! CÓMO RETENERTE ...

 

 


Un cavernario silencio que gotea historias y lunas marchitas,
adorna mis pensamientos.
La vorágine acomete con ciega furia
la identidad de mi ser, tambaleante mi figura pretende
ingresar a la historia futura y no lo consigue.
Soy una playa desierta de huellas,
la sal blanquea mi corazón
y es entonces que la espuma de mi sueño
abriga mis manos temblorosas de canciones.
A veces
el sol se levanta cauteloso sobre mi horizonte marino
y gruesas y oscuras nubes preceden a la tormenta
que aleja los pájaros,
encendidos de trinos y fatales maldiciones.
El incansable destino vuelve por mí
con sus lágrimas de hielo
adornadas de amianto.
Una canción llorosa y solitaria
desgrana la efímera y eterna guitarra del cansancio:
tal es la melodía gris que soporto con aire distraído.
Dragones tornasolados vigilan el castillo oscuro de mis sueños de paz,
la luna se recorta y no me olvida nunca,
al salir tan triste para que llore,
junto a ella en lágrimas de versos hambrientos
y tristes despedidas.
Una niebla pesada y tranquila guía mis pasos
que perciben la húmeda presencia de una sonrisa distendida
entre tus brazos inalcanzables de lejanías.
No arruinaré tus días felices
contagiando con el ajedrez derrotado de mi dicha
la caricia que puso ser amante y es desdicha.
Un río escarlata
recorre mi mente serpenteante y huidiza regando de mente
las olvidadas flores que alteró una mujer
cuyo nombre pudo ser Penélope
pero es Cleopatra.
Tenía de orgullo la lentitud desesperante
del que espera
y de ostra la capa pérfida de sus labios que envenenan.
Un caballo ruidosamente negro me cruza el pecho
con sus ollares rosados,
tibios del frío de la mañana y mi mano no alcanza
para detener su marcha furiosa y prepotente,
mientras el tambor de sus cascos mantiene alerta a los centinelas de la madrugada.
La noche se desviste con parsimonia y cuelga sus vestidos
arrugados sobre los campos desiertos de la luz del día:
infeliz la lluvia busca mis manos y mis sentidos.
Adelante ! ya es tiempo de llorar:
ahora...que ya te has ido.

Reservados todos los derechos.

 

 

 

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*Historias

 

Un cavernario silencio que gotea historias
y lunas marchitas, adorna mis pensamientos.

La vorágine acomete con ciega furia
la identidad de mi ser, tambaleante mi figura
pretende ingresar a la historia futura
y no lo consigue.

Soy una playa desierta de huellas; la sal blanquea
mi corazón y es entonces que la espuma de mi sueño
abrigo en mis manos temblorosas de canciones.

A veces el sol se levanta cauteloso sobre mi horizonte
marino y gruesas y oscuras nubes preceden
a la tormenta que aleja los pájaros encendidos
de trinos y fatales maldiciones.

Incansable destino vuelve por mí con sus lágrimas de hielo
adornadas de amianto. Una canción llorosa y solitaria
desgrana la efímera y eterna guitarra del cansancio:
tal es la melodía gris que soporto con aire distraído.

Dragones tornasolados vigilan el castillo oscuro
de mis sueños de paz, la luna se recorta y no me olvida
nunca, al salir tan triste para que llore junto a ella
en lágrimas de versos hambrientos y tristes despedidas.

Una niebla pesada y tranquila guía mis pasos
que percibe la húmeda presencia de una sonrisa distendida
entre tus brazos inalcanzables de lejanías.

No arruinaré tus días felices
contagiando con el ajedrez derrotado de mi dicha
la caricia que puso ser amante y es desdicha.

Un río escarlata recorre mi mente serpenteante y huidiza
regando de mente las olvidadas flores que alteró una mujer
cuyo nombre pudo ser Penélope y se llamó Cleopatra.

Tenía de orgullo la lentitud desesperante del que espera
y de ostra la capa pérfida de sus labios que envenenan.

Un caballo ruidosamente negro me cruza el pecho
con sus ollares rosados tibios del frío de la mañana
y mi mano no alcanza para detener su marcha
furiosa y prepotente, mientras el tambor de sus cascos
mantiene alerta a los centinelas de la madrugada.

La noche se desviste con parsimonia y cuelga sus vestidos
arrugados sobre los campos desiertos de la luz del día:
infeliz la lluvia busca sus manos y mis sentidos.

Ahora es tiempo de llorar:

llorar, porque te has ido.

*ALGÚN DÍA


Algún día encontraré tu piel en mi almohada desierta.
y se abrirá la puerta de esta fantasía inconclusa,
alguna día la intrusa
sensación de estar tan lejos
será una excusa y seremos pasajeros
del amor y nuestras vidas
y nos cubrirá la espuma de dos gotas de perfume
y nuestros besos.

Algún día: lo presiento.

Algún día poblaremos el cuarto de un hotel cuyo nombre
aún desconocemos
con la magia de la piel encendida y seremos
un hombre y una mujer oliendo a guitarras afinadas de piel y de vida.
Tú, timida y atrevida.
Yo, nervioso y sereno,
y en el centro del cuarto el amor que huele a rosas sin espinas.
Algún día no será esta lluvia la que me traiga tu cuerpo,
sino tus pasos enfundados en la pálida luna de un enero
que soñamos juntos,
cuando trasuntos los dedos se enfunden de nombres
y los que responden,
se abrevien en sabanas que huelan a gloria
y a una historia secreta de voces y besos.

Algún día: lo presiento.

Bucearemos hondo en el sudor de los parpados sorprendidos
aquel olvido
de noches de vigilia atormentada y en el calor
de una mirada detenida de olvidos revivirá en algún descuido
nuestro amor
de los otros escondido y sabremos entonces que podemos morirnos:
con el beso enamorado,
con el placer de haber sido terriblemente amantes
y con la felicidad pintada en la vidriera del instante
que tanto anhelamos,
con estrépito de risas y de vidrios, felices como niños.
Algún día cruzaremos los trenes detenidos
de caricias; que en el andén
de la vida, esperan la salida de los besos que todavía nos debemos,
entonces seremos un santuario de amor y en aquel sudario
de sábanas hambrientas y sin techo,
nos entregaremos al oculto amor y al calor de la sentida distancia,
seremos las ansias y el deseo satisfecho.
Algún día: lo presiento.

. . .

*Confesión de invierno


Amaré eternamente el cansado brillo del monitor
de otras noches y amaré con el candor
de la distancia inseparable, amaré indomable
aquel sabor del imaginado beso, y amaré en exceso
aún con la costumbre de imaginarte
en la lumbre y tal vez de extrañarte por eso...
será esta distancia una barrera, será la cualquiera pálida visión
de otro futuro ? Estaremos seguros lejos de la paciencia de no vernos?
O será un infierno esperar la primavera presintiendo
no encontrarla juntos ?
No te aflijas: Hablaremos a solas de esconder las tristezas,
dejaremos que esta pieza
guarde los secretos y nuestra idea fija
de un amor imposible, de una barrera dostinta,
seremos inasibles a la hora de vernos y construiremos un infierno,
tan sólo por no pronunciar palabras...
tan sólo por hacerle un vacío a la tinta...
Señora: si se aleja, haga el favor de llevarse estas lagrimas pequeñas:
eres su dueña pues la causó tu ausencia,
déjame con la presencia inaudita de creer que no te has ido,
yo me haré cargo del olvido y me daré por muerto y soñaré con tu vuelta,
aunque me jures que nunca me has querido...
ay! que de solo pensarlo, hundo la cabeza y esta noche mi tristeza
te extraña tanto, que el espanto tenga la certeza
inconmovible de volverme inasequible a los sentidos
que habíamos sentido tanto !
que locura pretendernos tan lejanos,
aún cuando las manos nos acercan distantes
y en el antes, antes que el arcano
me desdibuje en sombras tu presencia, seremos ausencia...
lo pienso y enloquezco, porque sé que no merezco
este castigo, de vivir contigo,
respirando de tu esencia a sabiendas que esta molienda,
de besos y de olvidos, acabará con nosotros, sin que nos demos cuenta...
y tal vez me vaya cualquier noche,
o cualquier noche regrese,
para ver como te crece una lagrima de celos,
para llorar con el desvelo
de no estar juntos y ver como apareces,
entre mis sabanas y el cielo,
tu piel y el desconsuelo, y este dolor con creces...
Quizás la alta noche nos descubra ausentes.
O tal vez el presente nos niegue el olvido,
pero como al descuido te diré en la frente,
que nunca hemos sido ni lo que hemos pretendido,
ni algo indiferente...
tal vez no lo sabemos pero fuimos a la vez:
mi triste amor y tu injusto olvido.

. . .

*IMPOSIBLE


Tendré tus besos cuando me lo proponga,
traídos del recuerdo de las noches de delirios
que asoman al cristal de mi húmeda mirada,
dejando de lado la mueca del fastidio
que da paso a la risa
cuando el mar de tus caricias me rodea infinito
y nos quedamos solos, por obra y arte
de mi mente soñadora.

Tendré tu piel en mis sábanas excitadas
cada vez que me muerda los labios
por pronunciar tu nombre
aún despierto, pero tal vez dormido, sintiéndome más hombre
por el simple hecho de creerte conmigo...

Tendré tus pechos de aurora en un tesoro
cada vez que amanezca mi piel junto a la tuya
y aunque tú no lo sepas, mi vientre arrulla
el deseo de tus besos,
será por eso que despierto y lloro
melancólico y preso, de los infinitos deseos
y aunque sólo yo te poseo,
quiero tu risa extasiada y no lo logro.

Tendré tus ojos de mirada increíble
en la oscuridad de mi cuarto recorriéndome todo,
atravesaré los ríos de distancia invisible
sólo por tus besos, que nunca he tenido,
y tal vez el olvido me recuerde maltrecho
que mi loca ilusión de deshacer un lecho,
aunque eso, por ahora... nos resulte imposible.


. . .

*Aunque no te tenga...

 

El malicioso humo interpreta de manera acertada
la malhadada sombra de mi propia tristeza
que te llama ausente desde mi torpe ilusión, enamorada reciente
de este presente que no regresa y
este mar de lágrimas que nos separa, callado y custodiado fuertemente.

La malévola intención de no poder dar mis versos al aire
me circunda y me inunda de fantasmales lapiceras encantadas
y aparentemente tranquilas;
pero es mi alma la que contradice al desaire
de la inocente esperanza que me anima a la prosa escondida
y me vuelve impenitente y tenaz,
tal vez, capaz de quererte ausente e indefinidamente en ésta
o en otras vidas.

He decidido enamorarme igual, aunque no te tenga,
te nombro ahora mi dueña y viviré para ser feliz
con tus gestos no dirigidos ni vistos por mí,
en el entrevisto atardecer seré feliz
con la esperanza absoluta de la terca porfía
de algún día tenerte junto a mí, fabulosa e intensa,
en una noche inesperada:
aunque no me lo merezca.

Todos los derechos reservados de autor.


Mi mala vocación a la literatura hace que a veces atormente a mis semejantes con mis garabatos, pero eso es ya incurable, (además de trágico), aunque la
colección completa los guardan mis amigos de salas donde entro o visitando www.versosvirtuales.blogspot.com ...Tengo 50 años, casado hace 32, tres hijas
(María Luz (31), María Paz (24) y María Sol (22), (estudiante de Ingeniería en Mar del Plata) y tres nietos: Abigail (6) , Serena (4) , y Franco (8 meses).
Vivimos en una ciudad casi tranquila del centro de la Pcia. de Buenos Aires, donde aún quedan las bicicletas afuera toda la noche y los chicos van a bailar y
vienen caminando solos. Mi esposa, Teresita, es docente; yo, trabajo en una empresa del Sindicato de Luz y Fuerza (TRANSLYF), dedicada a la lectura
y reparto de energía eléctrica.

El Hurón
huronsystem@hotmail.com

Oscar Roque Ruiz
Cerrito 561
Adolfo Gonzales Chaves
Pcia. de Buenos Aires-Argentina

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