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Lo que fue, lo que es y lo que será...

La historia de Giovanna

 

Unquillo, Sierras de Córdoba, Argentina.

os…vienen a miia recuerdos que quedaron grabados en mi mente.
Mis queridos padres ….sin saber leer ni escribir… tuvieron el afán de progresar inculcándonos a nosotros, sus cuatros hijos, el mismo afán, que fue el faro que guió siemnuestras vidas.

Somos cuatro hermanos, totalmente con ideas y actitudes diferentes… la que dio más trabajo he sido yo.
De niña era muy soñadora… y por lógica tenía que aceptar más de una vez, la realidad…
Mis padres Italianos llegaron a nuestra Argentina con lo puesto.
El tremendo dolor de mi madre, sabiendo que no había regreso
a su querida Italia, separarse de sus padres y hermanos; el llanto de todos,
dejó huellas muy profundas en su manera de sentir.
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En lo años 20 (del siglo pasado) eran muchos los inmigrantes que llegaban a la Argentina con ansias de progreso.

La guerra del 14 dejó heridas en al alma de todos los que vivieron la agonía de matar para sobrevivir.

Vivíamos en un barrio con pocas casas… se ayudaban mutuamente para una vida muy dura, apenas para comer pero se ingeniaban para sobrevivir.

Con la pensión de guerra, mi padre compró su terreno, con vecinos Italianos que habían llegado antes.… mientras, vivían en el famoso conventillo, una pieza y el baño compartido.

Muy desconfiados mis padres, no dejaba a mis hermanas salir ni a la vereda.

En el año 27 nací con alegría de mis hermanas que tenían una muñeca para jugar, pero mi padre triste esperando el varón.
Tenía cinco años y llegó el varón que tanto soñaba, que murió al día siguiente.
Éramos tan pobres que lo colocaron en una caja de cartón, prendieron velas regaladas por vecinos... mis hermanas lo cuidaban y lo tenían en sus brazos….mi madre con una debilidad tan grande no razonaba, fue un terrible golpe para todos.
Ni hablar cuando llegó mi padre… mamá en cama, mis hermanas abrazando y llorando con el hermano que ya no estaba con nosotros, en sus brazos.
Pero mi corazón no se endureció … por el contrario… era una niña llena de alegrías a pesar de la vida tan dura en que se vivía… mis hermanas muy solitarias nunca reían.

Siempre tuve problemas de salud…. pero el sufrimiento termina en gratitud…. ¿cómo?
De la oscuridad viene la luz, y a la vez avanzas iluminándote toda, agradeciendo a Dios vivir para ser felices.
Hace años me quejaba de mis dolores … Una vez, una amiga me dijo: “se nota en tu rostro que estás de verdad muy mal”, regresé a casa pensando.
¿Porqué debo quejarme si no tiene solución? A los pocos días nos volvimos a ver, realmente me sentía muy mal….
Ella quería saber si había mejorado y respondí: “sí, gracias a Dios muy bien”… y me contestó… “sí, realmente se te nota en el rostro… estás radiante”


Mentir es malo… pero quejarse y transmitir a las personas amadas que compartan el dolor es egoísmo.

Por entonces, nos alimentábamos con muchas verduras de nuestra pequeña huerta y pan que hacía mi madre; le agregaba ajo y aceite… era más gustoso y quedábamos satisfechos...

Hacía conserva con los tomates de la quinta para el invierno…
Teníamos gallinas… un duraznero… una higuera y techo propio...

Mi niñez fue hermosa… inocencia más sueños… se mezclaban y daban resultados positivos; no para mis hermanas que se quejaban de la pobreza, la falta de juguetes, el frío y la tristeza de mi madre que no podía satisfacer nuestros necesidades mínimas.

Un recuerdo: mis hermanas tomaron su primera comunión con el delantal que iban a la escuela, sacarse
una fotografía era un privilegio, mis padres pidieron al fotógrafo que yo posara con ellas , era un gasto grande; recuerdo que mi zapatilla derecha estaba rota.. Tenía 3 años y no sabían como esconder la rotura...
les dije: “doblo la rodilla así no se ve”, mi padre que tenía un solo ojo, el otro lo había perdido en la guerra
del 14… me fulminó con la mirada, no podíamos tomar decisiones... pero la foto se realizó con la idea mía.

… Soñadora como siempre gozaba de ilusiones, y gracias a mi carácter impulsivo y creativo…
era y soy feliz…

A los trece años nació el esperado hermano varón… un gordo de cinco kilos… sin cesárea, con la partera
famosa que llegaba con el tiempo justo y los queridos vecinos con cacerolas de agua caliente…. alegría para todos… hasta mi madre sonreía.

Pasaban los años, deseaba estudiar, pero era imposible, me necesitaban en casa para ayudar a mi madre en
sus trabajos de costurera; no bajé los brazos y por decisión mía me planté a ellos y pedí me dejaran estudiar de noche… mi padre muy enfermo no se opuso, lo logré sin gastar un peso y durmiendo poco.


Falleció mi padre querido a los 49 años… Por entonces, mis hermanas casadas y con hijos no podían
ayudarnos económicamente…

De mi parte, tenía aspiraciones…. deseaba progresar… Tuve amistades de otro nivel social y cultural… me prestaban sus libros de poesías... mis favoritos eran Alfonsina Storni. Rubén Darío , Amado Nervo y Leopoldo Lugones … la poesía que quedó en mi alma fue “Setenta balcones y ninguna flor”.
Con el correr de los años conocí la casa del poeta en el barrio de Caballito… temblaba de emoción.

También tuve la responsabilidad de cuidar a mi hermano menor… hacerlo estudiar, cuidar de sus amiguitos… de su salud.

ÉL Tenía problemas… siempre resfriado y con anginas, lo llevé por mi cuenta al Especialista en garganta… me preguntó ¿ “Qué edad tienes” ? .. “16 años" Doctor:¿tienes padres? "Sí… "
"Hay que operarlo urgente”, teníamos seguro de salud de la Compañía de luz donde mi
padre trabajaba… pero el problema es que ellos no aceptaban operaciones…. tenía grabado en
mi mente, que a causa de las infecciones de garganta se enfermaron mis riñones… hasta que
fui mayor de edad y por mi cuenta lo hice… sufrí horrores , en aquel tiempo la anestesia era
muy mala ...¿ Qué hice? …pedí permiso para llevarlo al. Zoológico… mi hermanito contento… cuando estábamos por entrar al Consultorio, le dije la verdad con una serenidad asombrosa… sin pensar lo que sería la vuelta a casa. El Dr. Maurette nos llevó con su coche de la pena que le dio mi responsabilidad y la ignorancia de ellos.

Llegamos … mi hermano sangrando… mi padre creyó que tuvimos un accidente .., nos miró con una mirada de sorpresa .. Sabía lo que me iba a ocurrir… la mirada dura de mi padre no me hizo temblar… por el contrario … me sentía responsable del futuro de mi hermano, que después de la operación no tuvo más problemas.
Con el respeto que se les tenía a los señores “Doctores” aceptaron “mi locura” .

Mi padre había vivido su experiencia en la guerra, fue soldado a los 18 años… perdió un ojo y se lo arrancaron sin anestesia… sólo una bebida fuerte.

Se casó en Italia a los 19 años con mi madre de 14…. ¡Qué crueldad!…. Ella era una niña inocente… pero en aquel entonces los casamientos eran tramitados por los padres y de acuerdo a la dote de los padres de la novia se resolvía el “contrato”.

La pobreza hace que te defiendas como puedas. Teníamos uno vecinos “ricos” y adoraban a los niños, porque no pudieron tenerlos.
La Sra., Tiodosa me miraba con mucha ternura hasta que un día le dijo a mi madre si yo podía hacerle compañía … aceptó sabiendo que tendría comida en abundancia...

Me casé muy joven… 19 años y la alegría de tener dos hijas. Mi situación económica brillante, hizo que mi madre y hermano pudieran vivir una vida con comodidades… y ayudar a mis hermanas.

Pude seguir estudiando de casada… ir a conciertos… viajar… ESTAR SENTADA EN EL TEATRO COLÓN escuchando a Marisa Regules, los hermanos Iturbi , etc., agradeciendo a Dios CADA MINUTO de mi vida.

Con el correr de los años puedo decir que soñar es hermoso; mucho de esos sueños se hicieron realidad.

Aprendí a convivir con la enfermedad como amiga… saber disfrutar de las pequeñas cosas, aprendiendo, estudiando, regalando parte de mis horas a quien las necesite.
Tengo mucho hijos y nietos de la vida que me quieren y respetan.
Me piden consejos… mucho de ellos necesitan ternura, ser escuchados.
Una caricia alimenta el alma, un abrazo da calor, un beso es el comienzo de poder
vivir en armonía.
Pero si eso falta… no debemos quejarnos, a veces la familia (como la mía) con graves problemas económicos reaccionaban agresivamente.

La felicidad depende de cómo la alimentemos….

Estos recuerdos los comparto con ustedes diciendo: Se puede llegar a la cima de la montaña, sin correr, respetando lo que te rodea.

Dios está donde lo dejan estar.

Un día me propuse: Poner tierra fértil en mi corazón…. plantar semillas de amor… alegrías…. esperanza… confianza…generosidad…… paz….esfuerzo…. decidir lo justo…humildad…
¿El resultado?: Un jardín con rosas sin espinas que se multiplica.
y las ofrezco espiritualmente con generosidad a mi gente.

Me levanto a las cinco de la mañana... De joven lo hacía por trabajo--- ahora para aprovechar al máximo las horas… dormir poco alarga el tiempo para disfrutar la vida-
Empiezo con mis oraciones… meditaciones…. ejercicio… limpiar la casa acompañada con mi querido esposo que me apoya y respeta mis decisiones .
Al jubilarme mi tiempo lo dedico a mi querida familia.
Soy una abuela alegre… llena de optimismo, estudiando como si fuera una adolescente.

Hace cuatro años que comencé con la computación por mí misma, no hice ningún curso ni tuve profesor alguno. La computadora es un regalo a mi edad… juego con ella. He aprendido por mí misma varios programas para el tratamiento de imágenes, con los que realizo diversos diseños (ver imágenes).

Mis reflexiones:

No se envejece… el cuerpo pierde lozanía y energía pero mi sugerencia es ésta:

No quejarse de lo que no tiene solución.
Sentirse útil con uno y los demás.
No bajar los brazos.
Ser creativa.
Vivir cada minuto de tu vida con intensidad.
Desprenderse de las cosas materiales.
Andar despacio, para llegar lejos.
Dar amor.
Buscar la paz interior.
Estudiar… ya que se vive aprendiendo.
Hoy como cuando tenía 15 años, las ilusiones, el afán de progreso (no materia) es el mismo y la alegría de vivir también.

Giovanna

E-mail : juanabarbara31@gmail.com

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