EL HOMBRE DORMIDO
Autor: Carlos Daniel Laurans (Argentina) |
Había una vez un hombre que vivía con los
Ya bastante preocupada, fue a buscar a la alegría. Esta llegó vestida de sedas multicolores y cascabeles;
bailó cantando a su alrededor y hasta se |
Pintura con pasteles al óleo de Mirta Beatriz Campos (Mendiolaza, Córdoba, Argentina) |
El amor, que observaba desde una nube también quiso participar en el
rescate, y comenzó a acercarle personas.
Primero fueron los niños.
Lo buscaban para invitarlo a jugar, luego adultos pidiéndole ayuda y
por fin, ella: la mujer de sus sueños.
Y claro, a eso nadie puede resistirse y menos aún cuando le dijo: te
amo...
Comenzó sintiendo un calorcito en el pecho y mariposas en el estómago
que fueron subiendo, y cuando llegaron a su cara,
le estallaron en sonrisas.
Entonces, revoleó los zapatos, se dio vuelta
y por fin enfrentó a la vida.
Sin esfuerzo recuperó a la alegría y luchó por el amor.
Dicen también que ahora, de vez en cuando
y creyendo que nadie lo observa, ensaya pasos de baile, y hasta se atreve a
cantar.