¡Nuevo!Puedes
volar como un pájaro suelto
Se levantó como de costumbre, era un acto rutinario con
algo de hastío. Lavó el rostro y observó en el
espejo los mismos ojos de angustia de días atrás...de
años atrás. Desayunó algunas frutas y se colocó
el traje que había preparado su mujer para ir a la oficina.
Se sentía cansado, abatido como ayer. Ese eterno cansancio
que lo perseguía desde años hacía que su cuerpo
pidiera socorro igual que la mente que suplicaba tenazmente descanso,
paz, armonía...
Besó a los niños que dormían angelicalmente y
dejó el hogar...
Con pasos forzados como si estuviera en un desierto caminaba sin ver
el horizonte.
Todo era aridez, desolación, desánimo.
Poseía una carga que semejaba a una gran piedra por su peso
y era la bendita compañera de su existencia. Contenía
todos los sucesos buenos y todos los sucesos malos del pasado...aquéllos
del cual estaba aferrado porque creía que le daban seguridad.
No había tenido una vida grata y esa ingratitud lo llenaba
de culpas sintiéndose víctima de hechos y personas que
habían sellado su corazón para siempre en el desamor.
Todo era lo mismo de lo mismo y la nada reposaba gustosamente apoderada
del reino que le había permitido vivir.
Sumado al peso de la piedra de las cargas del pasado, el futuro y
su incertidumbre duplicaba la piedra semejando a una montaña.
La misma lo cegaba, no le permitía sentir, expresar sus emociones
y lo que es peor aún, se había olvidado de lo que es
amar.
Como las constelaciones que desgarran el cielo de noche surgían
los deseos y esa impotencia devastadora de desear por desear ya que
sabía muy bien que jamás tomaría una decisión
para aplacar su sed.
Pasado, futuro, gratitudes e ingratitudes que lo esclavizaban, rencores,
incapacidad de olvidar, de amar... de vivir...
¿Y el presente?, no existía, yacía borrado por
un cuchillo que llagaba cada vez más profundamente su ser.
¿Y la felicidad?, suponía que era una palabra incierta
como la apatía propia de la vida.
Demostraba en su entorno gran capacidad profesional ¿para qué
o por que demostrarlo?... quizás para aparentar ser un ganador
a sabiendas que era un perdedor irremediable.
El cansancio y la insatisfacción lo condenaban a vivir en la
cárcel del desgano.
Bendito corazón; ese corazón vacío, incapaz de
dar y recibir.
Bendita vida esa vida sutil colmada de apariencias y carente de sabia.
Benditos los deseos desmembrados por no ser capaz de tomar decisiones.
¿Es tan difícil despojarse del pasado y tomar vuelo
como un ave suelta que hace sonreír al cielo?... es cuestión
de proponérselo aún con errores, aún pecando,
aún perdiendo porque serán errores nuevos con nuevos
aprendizajes, porque serán pecados nuevos y siempre tenemos
oportunidad de arrepentirnos y serán pérdidas nuevas
capaces de ilustrar sensaciones olvidadas.
¿Es tan difícil creer en las personas y amarlas saciando
la sed con la actitud de saber dar y saber recibir? Si crees en ti
y te amas, creerás y amarás.
¿Resulta tan difícil dejar de aparentar y mostrarse
auténtico, fresco, genuino?... el día que dejes el temor
de ser rechazado nacerá la persona que está pidiendo
a gritos ver la luz.
¿Resulta tan difícil estructurar un futuro de incertidumbres?...
cuando seas conciente de que existe el presente y te espera cada día
para ser feliz porque es tu obligación serlo, cuando seas conciente
de que ese presente debes vivirlo en plenitud, porque te da tanto
y demanda tus dones extraordinarios... la incertidumbre se desvanecerá....
Decide hoy si quieres vivir en la aridez con pesos fantasmales o volar
como un pájaro suelto haciendo piruetas para que el cielo sonría
junto a él.
Date permiso de amar profundamente y... quizás hasta puedas
hacer el amor en la playa con tu señora o una amante perdida
en el espacio....